Prevención y anticipación: Covid-19
25 de marzo de 2020Formación y diferentes ramas de especialización en rescate y emergencias
6 de agosto de 2020Las catástrofes naturales o de origen humano, llevadas a escala europea, necesitan una labor de coordinación que evite duplicar intervenciones y contribuya a la eficacia de la gestión.
Repercusiones humanas, ambientales y económicas. Es lo que traen consigo las grandes catástrofes: por eso deben prevenirse o, cuando menos, afrontarse con celeridad y competencia. Entre 1994 y 2013 se sucedieron 6.873 catástrofes naturales en todo el mundo donde sucumbieron 1,35 millones de vidas (la media anual estaría en 68.000 personas fallecidas), según las Estimaciones del Marco de Sendai para la Reducción de Riesgo de Desastres 2015-2030.
Hoy en día existen herramientas como el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS) que arrojan una panorámica general acerca de los incendios en suelo europeo. Si bien estos afectaban especialmente a los países sureños… tanto Alemania como Suecia están empezando a sufrirlos.
Es más, según el Observatorio Social El Batefuegos de Oro (OSBO), herramientas como Copernicus -capaces de monitorizar y valorar el estado de la vegetación de cada país-, preveía en mayo de este año “una inusual sequía de la vegetación en el centro de Europa, mientras en España se mantenía la humedad”. Lo que podría influir en la posibilidad de sufrir más o menos incendios.
La construcción de la coordinación
No siempre la coordinación de emergencias en Europa ha estado tan desarrollada. Francisco Rey Marcos, codirector del IECAH (Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria), señalaba en 2009 -tras una oleada de incendios en el sur europeo que afectó sobre todo a Italia- que las tareas de protección civil habían sido competencia de los Estados, tradicionalmente; apuntando a los problemas de coordinación y uso eficiente de los recursos.
“La constatación cada vez más evidente de que un gran número de catástrofes no respetan las fronteras estatales y de que, por tanto, deben abordarse de una manera más global, ha hecho que en los últimos años se hayan dado algunos pasos hacia la coordinación y hacia la elaboración de acuerdos de cooperación transfronteriza en esta materia, pero aún de un modo muy lento”, aclaró este especialista en Salud Pública y Máster en Relaciones internacionales.
Protección Civil europea
Entre esos pasos estaba el nacimiento, en 2007, del Mecanismo Europeo de Protección Civil, creado para promover la cooperación rápida y eficaz de las protecciones civiles en cada país. Uno de los objetivos del Mecanismo era la puesta en marcha de aplicaciones como el Sistema Común de Comunicación e Información de Emergencia (SCCIE), una aplicación de alerta y notificación mediante la que se puede intercambiar información en tiempo real. El Tribunal de Cuentas europeo, no obstante, consideró en 2016 (en un informe especial) que dicha aplicación era susceptible de mejorar.
El Mecanismo debe dar respuesta a emergencias sanitarias, así como a desastres químicos, biológicos, radiológicos y nucleares que influyen en la contaminación marina (gran preocupación de la UE desde 1978). Además, puede activarse igualmente debido a una solicitud externa de la UE, a petición de un país de las Naciones Unidas por ejemplo: de hecho, el 63 % de las solicitudes presentadas entre 2002 y 2015 se correspondían con catástrofes ocurridas fuera de la UE.
Gestión, reservas, recursos
El Centro Europeo de Coordinación de la Respuesta a Emergencias (CECRE) tiene su sede en Bruselas y coordina la asistencia, una vez que se ha producido una petición por parte de los Estados. Trabaja de manera ininterrumpida, haciendo frente a emergencias diversas en diferentes husos horarios. Y gestiona una reserva de recursos previamente comprometidos por los Estados miembros de la UE y los Estados participantes. Ha coordinado la ayuda en más de 300 ocasiones, respondiendo a activaciones del citado Mecanismo.
El Centro, que opera desde 2001, tiene como finalidad mejorar la coordinación entre las instituciones europeas, las autoridades nacionales de los Estados miembros de la UE, y otros socios internacionales. Se complementa con una reserva común voluntaria de recursos creada en 2014 para dar respuesta a catástrofes, denominada
Capacidad Europea de Respuesta a Emergencias.
Esta reserva moviliza recursos como equipos de búsqueda y rescate urbanos, recursos médicos para evacuar por aire, equipos para la depuración del agua, unidades de bombeo de alta capacidad o equipos de extinción de incendios. Todos ellos aportados por los Estados miembros.
El Mecanismo ha reforzado su sistema rescEU para incendios forestales de cara a la campaña de verano 2020. Se trata de una reserva que, desde 2019, está disponible como último recurso, toda vez que los Estados miembros han agotado sus capacidades. Los incendios forestales en la isla griega de Evia, el pasado verano, supusieron el estreno de este recurso. Se activó el Mecanismo de Protección Civil de la UE, que movilizó, a través del rescEU, tres aviones (dos italianos y uno español).
Mecanismo Europeo de Protección Civil. Foto: ©Ezequiel Scagnetti.