Rescates extremos de montaña: un caso de éxito
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17 de junio de 2020Cierre de fronteras, limitación de movimientos, tests a la población vulnerable… el coronavirus es pandemia global, tal y como preconizó la OMS. Y las diferentes maneras de afrontar esta emergencia constituyen un desafío sin precedentes.
El Comité de Emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró, el pasado 30 de enero, que el brote de 2019-nCoV era una “emergencia de salud pública de interés internacional”. El 12 de marzo, el organismo internacional fue más allá, calificando el mundialmente conocido como Covid-19 o coronavirus como pandemia, y manifestando su alarma “tanto por los niveles de propagación y gravedad, como por los niveles de inacción”.
El virus está poniendo a prueba, sin lugar a dudas, la capacidad sanitaria de los países donde ha ido extendiéndose. También la gestión de la crisis, pero no solo. Ha supuesto un terremoto en las economías de los países afectados, máxime cuando se llega a estadios donde el confinamiento de la población es inevitable.
Es lo que ocurrió en España el pasado sábado 14 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma, que ha limitado temporalmente los movimientos de toda la ciudadanía. Se dictaron 15 días, en principio, si bien la cuarentena finalmente se alargará hasta el 11 de abril, según ha anunciado ya Pedro Sánchez. Como mínimo.
Las cifras de personas infectadas y recuperadas, así como las de aquellas que por desgracia han sucumbido a esta infección de tipo respiratorio, son sumamente distantes en función del continente o país del que estemos hablando. En cada territorio, tanto la prevención como la anticipación han demostrado ser fundamentales en las tomas de decisiones.
Mismo virus, distintas realidades
La presencia del virus (de la familia del coronavirus, del que se conocían dos causantes de enfermedades respiratorias agudas: SARS-CoV y MERS-CoV) es una realidad en 178 países. Arrancó en la provincia china de Wuhan, y se ha ido extendiendo a otras zonas como Corea del Sur o Irán… hasta globalizarse. Ha causado el cierre de fronteras de países como la muy castigada Italia, o Nueva Zelanda (pese a que allí no ha muerto nadie aún; apenas tienen un centenar de enfermos diagnosticados). Hay registrados 340.000 casos, y se ha llevado la vida de 14.000 personas. De momento.
Habría que poner aparte el caso británico. La estrategia de dejar correr al virus, sin imponer medidas de choque ni restricciones de movimiento, para tratar de suavizar la curva y retrasar el pico de contagios, está por ver si obtendrá algún resultado. Ha sido muy criticada por parte de la comunidad científica, por poner en peligro la vida de las personas más vulnerables al virus: mayores y personas con enfermedades crónicas. De momento, el Gobierno de Boris Johnson parece haber reculado, empezando a ordenar el cierre de escuelas.
Uno de los factores que está influyendo en esta crisis, a la hora de anticipar soluciones, es el propio reconocimiento de la crisis. Fue el caso de Alemania que, según la comunidad científica, ha propiciado que, mientras se escriben estas líneas (23 de marzo de 2020) sean 24.873 los casos, de los que 266 se han recuperado y 94 han fallecido. Cifra que contrasta con las de las naciones peor paradas en suelo europeo: los 5.476 muertos de Italia (59.138 afectados y 7.024 sanados) o los 2.182 fallecidos de España (33.089 enfermos, de los que 3.355 han superado el virus).
La estrategia coreana: tests masivos
Otro factor que está influyendo en la prevención son los tests, que permiten diagnosticar e identificar a personas que han sido contagiadas: recordemos que pueden pasar hasta 15 días o más desde que alguien se contagia hasta que se manifiestan los síntomas. En este sentido, el país que más exitosamente ha afrontado esta crisis ha sido Corea del Sur, que apenas ha llegado al centenar de pérdidas humanas, con 8.652 infectados por el Covid-19.
Corea puso todo el sistema de salud al servicio del diagnóstico del virus en zonas críticas del país (como la ciudad de Daegu, al norte del país), según ha publicado BBC News. Así, han llegado a controlar a 10.000 personas al día.
En Alemania se tomaron en serio los tests como preámbulo a la imposición de una cuarentena o aislamiento que es clave para conseguir aplanar la curva de contagio del coronavirus, explica Margarita del Val, investigadora del Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” (CSIC-UAM). Así, los tests se han realizado en hospitales, pero también en centros ambulatorios (solo durante la primera semana de marzo se hicieron 35.000 en estos últimos), además de en centros móviles, escribe Ana Carbajosa en El País.
Del Val ha explicado que al seleccionar a pacientes en riesgo (por haber mantenido contacto con un contagiado, o por sufrir síntomas), la oportunidad de anticipar y aislar a esas personas podría haber influido en la escasa mortalidad alemana; si bien también se plantea la posibilidad de que la población germana se encuentre, de momento, en un estadio anterior a la crisis. Lo cierto es que de momento los contagiados allí han resultado ser, sobre todo, jóvenes.
Avanzando en el diagnóstico: investigaciones en España
La prevención podría llegar de la mano de la identificación de anticuerpos monoclonales utilizados de forma terapeútica, para evitar el contagio. Pero es que en el campo del diagnóstico propiamente dicho están en marcha proyectos como CONVAT, donde se trabaja en un nuevo dispositivo basado en nanotecnología para detectar el coronavirus en 30 minutos, directamente de la muestra del paciente y sin realizar los análisis en laboratorios. Lo están desarrollando el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2) y la Universidad de Barcelona.