La importancia de la educación vial con los nuevos medios de transporte urbano
25 de noviembre de 2020¿Cuáles han sido las consecuencias del temporal Filomena?
26 de enero de 2021El pasado 3 de diciembre tuvo lugar la celebración anual del Día Internacional de las Personas con Discapacidad. En el modelo al que se aspira -el de una sociedad inclusiva-, la movilidad también importa.
La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que data de 2006, afirma que la accesibilidad y la inclusión de las personas con discapacidad son derechos fundamentales. Fueron 180 los países que firmaron este documento, que abogaba definitivamente por que las personas con alguna discapacidad viviesen una existencia independiente, participando con normalidad en la sociedad. Plena inclusión España habla, en su estudio “Todos somos todos” (2016), de 63.000 personas necesitadas de apoyos “extensos o generalizados”. Denuncian que para el 96 % de estas personas el mercado laboral vedado.
Como cada 3 de diciembre, este año volvió a celebrarse el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, instaurado por Naciones Unidas en 1992. En un año, 2020, caracterizado por una pandemia que ha dejado en evidencia la vulnerabilidad humana a escala global, no podía haber un eslogan más apropiado: “Un día para todos”. Y es que las discapacidades pueden ser nacimiento, o sobrevenidas. Temporales, o permanentes. Es preciso recordarlo, más todavía en la era COVID-19.
Educación vial y autonomía vial
Francisco Sardón, presidente de la Plataforma Representativa Estatal de Personas con Discapacidad Física (Predif), reclama una asignatura, dentro del sistema educativo, que aborde la seguridad vial: “Todo empieza en la educación y el respeto a la vida, y las consecuencias de conducir de forma imprudente no es algo que se aprenda en un curso de autoescuela”, declaró recientemente al Diario de Castilla y León.
El presidente de Predif se refiere, en la misma entrevista, a cómo la invasión de patinetes eléctricos y la convivencia con los nuevos medios de transporte y las bicicletas requieren concienciación y pactos de convivencia, puesto que “[…] son el gran peligro para los peatones con movilidad reducida. Hay que concienciar sobre este peligro y endurecer sanciones a quien invada los espacios reservados a peatones”.
La autonomía vial para las personas con movilidad reducida en España -o con otras discapacidades sensoriales, intelectuales o cognitivas- es el gran reto que propone la Dirección General de Tráfico (DGT), favoreciendo, claro está, la seguridad vial. De esta forma, el Plan Estratégico de Seguridad Vial 2011-2020 recogía, entre sus objetivos:
- Evitar la discapacidad sobrevenida.
- Plantear acciones preventivas que mejoren la calidad de vida de las personas con discapacidad.
- Potenciar entornos accesibles que generen mayor grado de autonomía e independencia de estos colectivos, y por tanto su inclusión en la sociedad.
Políticas de movilidad
El Índice de Movilidad Sostenible de las Capitales de Provincia de España (IMSCE 2020), presentado a principios de este año, situó la media de accesibilidad en las ciudades españolas en un 55,8 %. Es decir, que se avanza, si bien todavía existen obstáculos múltiples que no facilitan, precisamente, la movilidad a las personas que se desplazan en sillas de ruedas, por ejemplo. La Comisión Europea y el Foro Europeo de la Discapacidad reconocieron a Ávila -en el lejano 2011- con el Premio de Ciudad Accesible.
Sin embargo, el IMSCE actual considera a Girona, Pamplona, Vitoria, Toledo y Logroño como las capitales de provincia españolas mejor situadas. Se deduce, a juzgar por lo que dicen las personas expertas en el tema, que el desarrollo tecnológico puede ser muy beneficioso para la accesibilidad de este colectivo, tanto en las calles como en el transporte público.
Así, una de las claves estaría en asumir criterios unificados, como explicaba a El País en 2015 el arquitecto especializado en acceso universal Jorge Palomero: “Vivimos en unas ciudades sin un modelo claro. No hay criterio para realizar las obras públicas”. Pese a que la evolución es muy lenta, según insiste siempre el colectivo de personas con discapacidad, poco a poco se van produciendo movimientos en las ciudades para ir, progresivamente, concibiendo arquitecturas que eliminen las barreras físicas.