Mientras que el efecto pasillo es moralmente obligatorio y no propiciarlo nos puede costar una multa, el efecto mirón es absolutamente evitable, dado que supone un peligro y no aporta nada a una emergencia.

Efecto túnel, efecto elefante, efecto pantalla al conducir… muchos son los efectos que se producen en la conducción que deben evitarse, so pena de sufrir algún tipo de percance o accidente. Se ha escrito bastante sobre ellos, dado que la seguridad vial avanza y cada vez teorizamos más sobre cómo conducir mejor. En este caso, vamos a centrarnos en dos efectos que, de producirse, pueden llegar a afectar a una situación de emergencias. No necesariamente negativamente, como veremos en uno de los casos.

¿Qué es el efecto pasillo?

Empecemos por uno de los pocos efectos buenos que se conocen, el efecto pasillo. En una situación de accidente o emergencia en la carretera, todos tenemos la obligación de colaborar, apartándonos cuando se acerca un vehículo prioritario (una ambulancia o grúa de auxilio en carretera, por ejemplo). Ese es el espíritu de este efecto, a través del que procuramos promover una vía privilegiada de acceso al punto caliente donde se ha producido un siniestro, por ejemplo.

Tanto los técnicos/as en emergencias sanitarias (TES) como las primeras primeras fuerzas de seguridad en llegar a la llamada crisis task force -en este caso, en la carretera- deben poder acceder al lugar para atender de inmediato a las personas involucradas, en especial si sufren heridas de considerable gravedad.

La Dirección General de Tráfico (DGT) establece un protocolo de actuación que tendremos que seguir en caso de encontrarnos, conduciendo, con una emergencia. No seguir estas indicaciones puede costarnos una multa por infracción del artículo 69 del Reglamento General de Circulación de 200 euros:

• En vías de doble sentido hay que echarse a la derecha siempre, tanto en un sentido como en otro.
• Si existen dos carriles por sentido nos echaremos a la derecha, en caso de circular por la derecha; y a la izquierda, si circulamos por la izquierda.
• Cuando hay tres carriles por sentido, nos colocaremos en la mediana, si vamos por la izquierda; en caso de conducir por el carril central o el derecho, nos echaremos hacia la derecha.

Conducción segura: el efecto mirón

Uno de esos movimientos repetitivos en conductores que no sirve, precisamente, para prevenir accidentes -al contrario-, es el de mirar cuando se pasa junto a un percance en la vía, sea del tipo que sea. Hemos de evitar cualquier atisbo de curiosidad malsana por contemplar un escenario, por dantesco que sea este, dado el peligro que supone. Se puede llegar a interrumpir el tráfico, ralentizándolo y añadiendo un problema a un contexto, ya de por sí, complicado. Si nos alcanzan por detrás, por ejemplo.

Es más, si pasamos por delante de un accidente y aún no ha llegado nadie, debemos seguir el denominado protocolo de conducta PAS (proteger, avisar, socorrer). Protegiendo el escenario (no poniéndonos en peligro), avisando a los servicios de emergencias, y auxiliando a las personas afectadas en la medida en que se pueda, siempre y cuando se tenga algún conocimiento. Es mejor no socorrer cuando no se sabe lo que se está haciendo.