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16 de junio de 2023Ante un temporal de este tipo, lo mejor es no subir a vehículo alguno. Eso sí, en caso de que nos pillase al volante, será mejor prestar atención a las siguientes recomendaciones.
Temporal de carácter brusco, capaz de hacernos pasar de una primavera caliente -este año- a una situación plenamente invernal, la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) acarrea lluvias intensas, así como nevadas y espectaculares granizos, y un descenso radical de las temperaturas. La DANA y la gota fría, como perturbaciones atmosféricas, son prácticamente lo mismo, solo que el concepto de gota fría, que viene de la idea de Kaltlufttropfen (“gota de aire frío”, en alemán), es más antiguo. Surgió en 1886, en la escuela de meteorología alemana.
La DANA, por su parte, viene del término cut-off low (“depresión aislada”, en inglés), y empezó a usarse a mediados del siglo XX, siendo descrita como “una depresión cerrada en altura que se ha aislado y separado completamente de la circulación atmosférica asociada al chorro, y que se mueve independientemente de tal flujo llegando, a veces, a ser estacionaria, o incluso retrógrada (su desplazamiento es, en estos casos, de dirección Este-Oeste)”, en palabras del Francisco M. León, del Instituto Nacional de Meteorología español.
Consejos prácticos en situaciones de temporal
Si bien es cierto que lo ideal es no conducir en contextos metereológicos muy adversos, en ocasiones podemos vernos obligados, o sencillamente encontrarnos en la situación. Por eso, una de las primeras cosas que -según la Dirección General de Tráfico (DGT)– hay que hacer, es consultar el estado de las carreteras.
Si la DANA o temporal nos pillase al volante, tomemos nota de esta serie de recomendaciones. Qué hacer, y por supuesto qué no hacer:
- Reducir la velocidad sería lo primero, así como mantener una distancia de velocidad aún más estricta de lo habitual. La falta de visibilidad y la pérdida de adherencia son dos grandes enemigas de la conducción segura.
- Estar atentos a los paneles de mensajería variable, además de a lo que los agentes de Tráfico de la Guardia Civil nos indiquen en cada momento.
- Encender las luces y poner el limpiaparabrisas en marcha, y detenerse, en caso de que el agua arrecie o estemos cerca de balsas de agua. Las balsas son, precisamente, el motivo por el que es mejor conducir en autovías y autopistas. Son más típicas de carreteras comarcales, secundarias.
- Será deseable disponer de unos neumáticos en excelente estado -neumáticos de invierno, preferiblemente; y cadenas para la nieve-, con el fin de evitar fenómenos como el aquaplaning, típica consecuencia que traen estas piscinas improvisadas en las carreteras. Esto sería muy peligroso: podemos perder el control del vehículo.
- Aunque tratemos de evitar este punto, si el vehículo se ve arrastrado por la corriente, tendremos que abandonarlo, preferentemente por la ventanilla.
- Que el viento se sume a la fiesta no será raro, de modo que, si empieza a pegar fuerte, será recomendable alejarse de postes, árboles, vallas publicitarias… cualquier elemento susceptible de caernos encima.
- Conducir durante una riada es una actividad muy arriesgada. Si tuviéramos que hacerlo por obligación -es decir, por una emergencia-, debemos tener el vehículo a punto, y el teléfono cargado, por si hubiera que llamar al servicio de emergencias (112). ¡Intentemos evitarlo!
- Debemos dejar trabajar a los servicios de emergencia, circulando por el carril derecho y dejando el izquierdo a todos los vehículos que puedan aparecer en situaciones de este tipo: desde máquinas quitanieves a grúas de auxilio en carretera, ambulancias, agentes de seguridad…