Sus misiones originarias tenían que ver con la circulación, el transporte y la policía de carreteras. Los agentes de Tráfico de la Guardia Civil, como Policía Armada y de Tráfico, empezaron a ser habituales del asfalto en 1941.

Pero antes, todo había comenzado con el Cuerpo de Vigilantes de Caminos, creado vía Decreto de 22 de febrero de 1929 por el Ministerio de Obras Públicas. El origen de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil se vería afectado, en 1934, por la promulgación del primer Código de Circulación, que normativizaba por vez primera todo lo relativo al tráfico rodado.

La Policía Armada y de Tráfico fue el Cuerpo creado en 1941 que, una década más tarde, se reveló como imprescindible, dado que la explosión del automóvil en nuestro país había traído consigo una mayor necesidad de vigilancia y orden vial. Pero no fue hasta 1959 cuando, gracias a la Ley 47/1959 de 30 de julio, se atribuyó definitivamente el tráfico a las competencias de la Guardia Civil, creándose la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil que todos conocemos.

En 1960, el parque automovilístico en España era de un millón. En cuanto al número de guardias, 560 componían la Agrupación. En 2021, esta plantilla ascendía a 8.672 efectivos, si bien por el Cuerpo han pasado los recortes: en 2009 había 10.600 agentes en activo. En el último trimestre de 2021, un 91,4 % de los agentes -de todas las especialidades- eran hombres, mientras que la presencia de las mujeres seguía siendo escasa (un 8,5 % del total; 158 agentes femeninas en Tráfico).

Tipos de Guardia Civil: agentes de tráfico

Sus labores han evolucionado bastante, puesto que cuando no existía un auxilio en carretera profesionalizado al principio. No eran pocos los agentes que ayudaban a cambiar una rueda o una bujía de un coche, si se terciaba, cuando se quedaba tirado en la carretera. El trazado, además, estaba en pañales, y había escasez de talleres y de recursos en general.

El coronel retirado Lorenzo Hortigüela lo explicaba así en 2009: “Las vías de circulación eran muy estrechas, había muy pocos talleres, falta de medios, había habido una explosión de vehículos, pasamos de 100.000 a 300.000… y las inclemencias del tiempo eran muy fuertes”.

Atestados, controles de alcoholemia, servicio en competiciones deportivas, escolta de personalidades, auxilio en carretera… son algunas de las tareas que realizan los y las agentes del Instituto Armado en el contexto vial nacional (a excepción de Cataluña y País Vasco, que tienen transferidas estas competencias). “La especialidad de Tráfico me gusta porque estás en carretera, y sancionas a la gente, pero la ayudas también, y si salvas vidas mejor”, explica aquí un agente.

Es una de las competencias exclusivas que la Benemérita tiene, además de la conducción interurbana de presos y detenidos, la persecución del contrabando o la vigilancia del cumplimiento de las disposiciones destinadas para conservar la naturaleza y el medio ambiente, por poner algunos ejemplos.

Su misión en tráfico sería, concretamente:

• Protección y auxilio a los usuarios de las vías públicas.
• Vigilancia y disciplina del tráfico, tránsito y transporte en vías interurbanas y travesías, así como la denuncia de las infracciones a las normas de circulación.
• Investigación e instrucción de las diligencias por accidentes de tráfico.
• Vigilancia del cumplimiento de la normativa sobre transportes por carretera.